Y todo seguirá igual, nada va a cambiar, por si a alguien le cabe la mínima duda, cuando se supere esta crisis. Cuando todo esto acabe seremos aún más presas del sistema, de este engranaje que tritura nuestra carne, nuestros huesos... pero lo siento, no mi cerebro.
Esta crisis es el fruto de la avaricia de los ricos y banqueros; la ineptitud, partidismo, demagogia barata, ansias de poder y de lucro de los políticos; y las ganas de aparentar lo que no se es ("lo que aparentas, es lo que vales") de la masa nacida, amamantada y educada a la sombra de este gran árbol de espino que es el capitalismo.
No me pondré a diseccionar el papel de cada personaje en esta gran obra de teatro llamada crisis, ni en sus años de bonanza, (o eso se creía) pues es por todos de sobra conocido. "Sistema" es una palabra muy desgastada, casi decimonónica, demasiado típica y connotativa, por eso prefiero la palabra "engranaje", porque, si te pones a pensar, todo está perfectamente calculado y trazado para que funcione de aquí al fin del mundo o el eterno retorno si tuviera razón Nietzsche.
El engranaje necesita dinero, necesita falta de criterio, ignorancia, avaricia, soberbia y, en definitiva, falta de juicio. El engranaje necesita que la masa de borregos que se crían en las escuelas, posteriormente en las universidades, en las empresas y, en definitiva, a lo largo y ancho de la vida, en todas sus esferas y etapas, piensen que necesitan, primero, APROBAR (que no APRENDER) una carrera u oficio, porque si no serás un fracasado o un ignorante que no tiene futuro; luego, conseguir un trabajo (después de la crisis un trabajo que les explote aún más y, encima, dando gracias) desde que salen de la facultad, de la ESO o de donde sea, hasta que sean tan viejos que no puedan ni con su alma, y les hayan exprimido tanto que ya no les quede más sudor en la frente o entre los cojones; entre tanto, el engranaje precisa que esas personas crean que necesitan una casa propia con su consiguiente hipoteca (que pagarán sus hijos), un coche como mínimo, a ser posible dos y una moto, un seguro de vida, un fondo de pensiones, una aseguradora privada (que la Seguridad Social es un asco) un ipod, un iphone, una tablet, un Apple, una/s videoconsola/s y el nuevo Microsoft según vayan saliendo, ropa nueva todos los años y, sobre todo, en rebajas, decenas de pares de zapatos (cuando, seguramente, de todos ellos te pongas dos), el bautizo de los churrumbeles, la comunión y su banquete, la boda y su banquete, la lista de regalos, la luna de miel en las Fiji, los muebles de Ikea, la guardería, la escuela, el instituto concertado o privado, la universidad pública si ya no llegas casi a fin de mes, privada si te lo puedes permitir y en EEUU mejor que mejor, los caprichos de los niñatos del siglo XXI, las vacaciones en verano, en cada puente y también en semana santa, las gafas rayban y los cubatitas a primera linea de playa, el cambio en las tragaperras y la comilona en Navidad ¡ah! y el vestido nuevo cada año cuando acaba que no falte.
Digamos que todo ello es el aceite que necesitan los piñones para girar, ¿la gasolina? los suculentos préstamos de los bancos y sus facilidades (en época de buena cosecha, se sobreentiende), las ayudas desde el gobierno para el consumo (por ejemplo, plan renove o similares) y la falta de ojo crítico de la masa de borregos consumidora que piensa realmente que tiene todas esas necesidades y que tiene que satisfacerlas sea como sea. Todo ello funciona con la precisión de un reloj suizo, de manera tan natural, que la mayoría de las personas lo asume y lo interioriza, justo como se pretende desde la más tierna infancia.
La minoría, por su parte, intenta bucear, a veces nadar, a veces capear este temporal, otras veces, se ve ahogada por él, algunas otras intenta salir a la superficie para respirar, algunos perecen y se sumergen en él sin remedio y, a los que consiguen escapar, les llaman locos, les dicen que no llegarán a ninguna parte, que son unos fracasados, unos soñadores, que no viven con los pies en la tierra y que acabarán mal... que "de joven yo también era así", como aquello que tarde o temprano se va a acabar irremediablemente y, si les dices que no, te dicen que eres un ingenuo o un iluso y que ya te pegarás el batacazo.
No quiero APROBAR, quiero, ansío, y es mi objetivo APRENDER, con el único fin del amor al conocimiento, no de un puesto de trabajo. No quiero un trabajo que contribuya a esta mierda, no voy a decir que no quiero un sueldo pues, tristemente, es necesario, pero sí que puedo decir que no quiero una gran casa ni aspiro a una gran mansión; que con un coche de enésima mano me sobra y me basta; que no quiero una moto para circular por ciudad; que me conformo con irme de vacaciones una vez al año aunque sea a la esquina de enfrente y si no se puede, pues no se puede y tampoco pasa nada, no me voy a traumatizar ni me va a entrar depresión; que no me quiero casar y lo digo ahora y lo diré siempre; que tendré hijos por curiosidad, pero ni tendrán bautizo ni comunión ni boda ni ostias, ¡ah! y que se olviden de los miles de modelitos, decenas de zapatos y la colección de productos de electrónica...
Que sí, a lo mejor seré una fracasada porque con mi mínimo sueldo no pueda irme de vacaciones algún año o no pueda comprarme la casa en la playa, o un coche último modelo o presumir de mis muebles nuevos de Ikea cada 5 años; sí, puede que tenga poca ambición porque lo único que deseo es una vida tranquila, sencilla, que me permita disfrutar del día a día, tener tiempo para mi y estar con los míos; sí, puede que sea una ignorante al afirmar que no tendré la mitad de las necesidades descritas arriba cuando sé perfectamente que en alguna caeré (los cubatitas a pie de playa... qué queréis que os diga...). Pero quizás la gente debería replantearse que los LOCOS, FRACASADOS, LOS QUE NO VAN A NINGUNA PARTE, LOS SOÑADORES, LOS ILUSOS Y LOS INGENUOS son ellos por querer tener una vida que no es vida, por tener necesidades que no existen y vivir por y para satisfacerlas, por creer que son libres y felices cuando, seguramente, sean las personas más desgraciadas del mundo por su vacuidad, inmersas en su ignorancia, ahogadas por deseos insatisfechos o inalcanzables.
Apáticos y depresivos, porque en el fondo saben que su vida es un mero decorado, que nada es real y que en el fondo, lo que realmente quieren, nunca lo podrán conseguir porque no tienen el valor necesario para enfrentarse en la mierda de realidad en la que viven. Pero, queridos drugos, no solo hace falta valor, hace falta coraje para asumir el lugar en el que vives, lo que esperas, lo que eres y lo que no y aceptarlo y vivir lo mejor que se pueda acorde a ello (vivir mejor, no significa tener más)... hace falta coraje para vivir una vida alternativa dentro de un mundo tan homogéneo y alienante; hace falta coraje para decir: "yo no estoy loco, los locos sois todos vosotros que os creéis cuerdos" y mantenerse firme en esa idea, porque, reconozcásmoslo, existe la doble moral, nadie es de piedra y toda persona llega un momento en el que se cansa de luchar... aún así hay una cosa que no deberíamos olvidar: se llama INTEGRIDAD PERSONAL y es eso lo que deberíamos ambicionar y no una vida que nos venden como perfecta.
Es un círculo vicioso:
ResponderEliminar"Yo quiero ser más" "Pues yo también" "SOY MEJOR QUE TÚ"
¿Importa acaso? Todos al final , ricos , pobres , atletas , lisiados ... todos al final mueren , y nada de lo que hagan , o por muy listo , rico o guay que seas o creas ser , va a tener la más mínima importancia ...
De echo , y es lo más triste , ellos mismos lo saben , la vida es muy corta , y al final de la esquina se encuentra la Parca , por lo que deciden (Por miedo) inventarse una vida maravillosa en esta parte tan minúscula del universo ... cuando somos muy insignificantes
"Muere y deja vivir" Que seas la hormiga más gorda , no quiere decir que dejes de ser una hormiga. Saludos , muy buena entrada por cierto.
Muchas gracias!! si ya lo decía Quevedo, ante la muerte, da igual ser rico que pobre, indiscriminadamente va a ir a por ti... en el fondo esas personas me dan lástimas, porque su vida es vacua e intentan llenarla de cosas materiales, cuando, si se detuvieran a pensar un poco, serían mucho más felices a un precio más asequible... pero en fin, la estupidez humana no tiene límites, ya lo decía Einstein.
ResponderEliminarMejor principio que final, en la entrada digo.
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