Cuero, acero y decepción




Esto no es una historia de amor, amistad, que bonito es el mundo y que guay la sociedad de bienestar que hemos generado, sus personajes no son los burgueses de clase media alta de la actualidad caprichosos y que buscan al amor de su vida y vivirla a través de las drogas sintéticas y la música electrónica siempre bajo el prototipo americano; no es una historia de barrios marginales que luchan contra todo y todos y aún así siguen hundidos en la miseria; ni es un panfleto disfrazado de revolución social ni un relato juvenil de tribus urbanas. Esto es un viaje… por la mente de ese tipo de personas que a veces nos cruzamos por la vida y que nos dan miedo porque no las comprendemos, que excluimos porque no entendemos sus planteamientos extraños.
Tampoco es un viaje a través de los ojos de esa masa anodina y conformista que los contempla sino un viaje a través de los ojos de esas personas que solo buscan una cosa en la vida como animal social que es el ser humano: la comprensión; y que les es negado por otro rasgo característico del ser humano: el temor a lo desconocido, a lo distinto.