El asfalto suda rocío. Hace mucho frío, el aliento es casi tan diáfano como la niebla, que lo impregna todo. No puedo ver más allá de cinco pasos por delante. Las luces de las farolas flotan suspendidas en la nada, con tonos anaranjados... parecen soles moribundos, pequeños soles, de esos que llenan la galaxia. Conforman una avenida. El airecillo gélido estira mi piel, diminutas gotas se adhieren a mi rostro y mis pestañas.
No tengo prisa por llegar a casa, a pesar del frío, se está bien en la calle, y las sensaciones que turban mis sentidos me agradan a la vez que me congelan. La verja de la puerta principal es un témpano de hielo, duele tocarla, la piel parece arder ante el contacto; aún así, logro abrir la puerta y subo las escaleras tiritando, echo una última ojeada a los soles muertos y al cielo lácteo y entro en casa.
Me recibe una bofetada de calidez. Me despojo con placentera lentitud de la palestina, los mitones, la chupa... y voy a la cocina a hacerme un rico café caliente. Es reconfortante el líquido caliente en el organismo después de que tan solo entrara en él un frío que congelaba las entrañas... apuro las últimas gotas y dejo la taza de Betty Boop en el fregadero, ya la colocaré después.
Mientras subo las escaleras me despojo del jersey, los vaqueros, las zapatillas... ya en la cúspide sólo me viste la ropa interior. Es agradable mirar por la ventana y saber que fuera el viento corta las hojas y la niebla perla los coches de pequeñas gotitas heladas... y que tú estás dentro de casa, desnuda, contemplando al frío, impasible, como si no formara parte de tu realidad, como si el mundo exterior estuviera muy, muy lejos.
Entro en la habitación, mi silueta desnuda se recorta en la rendija de la puerta con la luz de los soles muertos, dentro de la gruta todo son tinieblas. Avanzo hasta la cama y me acurruco, y lo abrazo, y hasta que no lo despierto no paro. Sus largas pestañas se desperezan con resignación y me sonríe.
Los peluches no son cálidos. Debe ser otra cosa.
-¿Hacía frío?
+Fuera lo hace.
Fuera lo hace. Creas muy bien las imágenes. La entrada es muy sugestiva. Ahora voy a lo personal: Vives en una continua idealización del futuro, en el continuo deseo de algo que en este momento consideras perfecto, aunque entiendo que lo visualices así, supongo que enfocamos nuestros deseos en aquello que nos falta. No te conozco, pero, la entrada me lleva a sacar estas conclusiones, aunque, quizá seas tan buena escritora que las palabras que vas plasmando no sean una mera evocación de tus propias sensaciones o sentimientos.
ResponderEliminarHermoso, maravilloso. Me ha encantado cómo expresas las sensaciones, es tan real y tan surrealista al mismo tiempo.
ResponderEliminarGenial, como todo lo que escribes : )
Un beso <3