Aún con el sabor de tus labios en los míos,
aún con tu olor en mí...
Mirando las estrellas,
atrás la ciudad,
envuelta en niebla.
Que me engulla tu mirada,
perdámonos en las palabras,
en el frío y en las insaciables ganas...
nademos por las calles,
ahogémonos en los portales,
resucitemos de nuevo,
haciendo malabares con el tiempo
pues el amanecer no es problema,
esta vez, me quedo la noche entera.
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