martes, 4 de diciembre de 2012

El Océano y la Dehesa





Bravo e indomable. Profundo. Plagado de grandes fosas abisales, desconocidas por todo ser humano. Con gusto por el agua fría, que del cielo cuando cae se funde en su cuerpo. Enorme y vasto, su mirada se extiende por casi todo el mundo conocido. Sus ojos azules, líquidos, observan naturales la iniquidad del mundo que le rodea… costas pedregosas, o sucia e incómoda arena, imponentes acantilados que se esfuerza en destruir con su temible fuerza, abarrotadas playas sembradas de imbecilidad… 

En su pelo se enredan caracolas. Su mundo de bellos corales, plagado de pequeños y extraños seres, de impresionantes e imponentes habitantes, de escurridizas y grimosas criaturas… Su ser es misterio, tan oscuro, tan difícil de ver, tan bello y temido… vestido con estrellas de mar, enjoyado con anémonas. Etéreo, como la medusa que vuela por el espacio. 

Arremolinado por las tormentas, encrespado por el viento, temibles olas se erigen por encima de su cabeza, oscuras, poderosas, braman a las costas que no lo comprenden, que solo lo acogen en un ir y venir continuo. Deja a su paso conchas, algas muertas, medusas que ya no son etéreas…  y que las gentes recogen como tesoros. Falsa belleza, falsa vida, falsa libertad… ¡ignorando los verdaderos tesoros que en su profundidad esconde! Temerosos del peligro, temerosos de la oscuridad… gentes cobardes que huyen de la profundidad, sin comprender que la mayor belleza es aquella que se oculta, es aquella que nunca ha sido explorada.

Separados por tierra y aire, por kilos y kilos de cielo, por interminables distancias, por innumerables obstáculos… allí está, bajo encinas y alcornoques, a la sombra de bellotas. Se extiende por interminables llanos, salpicada por quejigos y olivos, castaños y cerezos en flor… sin vallas ni puertas, sin postigos ni ventanas. Bajo el inclemente sol, bebiendo de la escasa lluvia, agradecida. Fértil. Casa de marranos, licor de bellota, armario de abrigos…

Tan maltratada con el calor, que en seguida una cerrilla prende. Explotada por explotadores que también son explotados. De belleza aun así indiscutible, que guerrea y guerrea contra junio y julio y también agosto, victoriosa con huestes de verde y más verde que se extiende, que tapiza el humus del suelo que preña a las setas, del que los espárragos emergen.
   
El zurrón lleno de bellotas, queso y pan duro. Los cerdos se revuelcan, hurgan con el hocico, las borregas se juntan, en círculo perfecto, como perfecta es la sombra de la anciana encina. Rugoso tronco el del alcornoque, algunos peletos. Pequeños senderos serpenteantes, muchas veredas. Abierta al cielo, regada por diminutos riachuelos. Sembrado el suelo de margaritas, dientes de león y una plaga de ortigas. Alfombra de abono, hoguera de retamas
  
Y la distancia es insalvable, y la liquidez no puede contemplar sus ojos color de la castaña. Él, buscando nuevas costas que realmente lo acojan, que lo inviten a quedarse, anhelando ser descubierto, anhelando  ser comprendido. Ella, buscando que la saquen de sus estaciones, de su rigidez, del determinismo de su existencia, deseosa de que la aprecien, no por sus frutos, sino por quien realmente es… Destinados en la distancia, separados por su naturaleza, tan distinta, a la vez tan pareja; tan diferente, aunque del mismo origen.  Aparentemente irreconciliables, cual dama y labriego, cual eucalipto en este suelo

Y la tierra, recordando el poder de la historia, se fragmentó como lo hiciera Pangea. Las saladas aguas inundaron kilómetros y kilómetros de tierra, absorbieron contaminadas ciudades, arrasaron pueblos abandonados, ahogaron a muertos… el océano arrasó todo lo innecesario, el océano avanzó y avanzó hasta dar con ella, avanzó hasta que sus olas penetraron en la dehesa. Ella, con sus encinas y alcornoques, alimentó sus profundidades, en su extensión acogió a las olas, nadó en las fosas abisales, exploró lo inexplorado, cambió las margaritas por corales
Los dos, juntos en Extremadura, encontraron la búsqueda, desecharon los anhelos, dieron sentido a sus escindidas naturas, arrollaron lo molesto, dando importancia a lo verdaderamente importante… juntos formularon el encuentro reconciliable con el mundo. 

4 comentarios:

  1. De tener los ojos durante tanto tiempo abierto has olvidado cómo se cierran. No apagues la luz, ya que siempre ha de estar encendida, pero recuerda cómo se cerraban los ojos, y descansa de vez en cuando la vista.

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  2. Vaya. A veces me sorprende encontrar blogs como este. Blogs que contengan en sí textos tan magnetizantes, tan fascinantes. Tus letras son arte. Y últimamente de verdad, es difícil encontrar algo así en blogger...Todo está lleno de plagios.
    Por cierto ¿El título del blog es en honor a Pink Floyd? :)
    <3

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  3. Están locas las mareas por sentir las raíces de la tierra que las sustenta, viven como locas. A veces se equivoca de dirección, pero la luna brillante siempre le dice dónde, por dónde. La pleamar, que es igual todo, se secaría con tal de abrazar una encina. La bajamar, que con oídos le basta, con el ancestral saber del olivo y la jara. No quieren otra cosa que hablar tormentas legendarias que inunden lugares sagrados.

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  4. Muchas gracias Alba, me halaga tu comentario!! últiimamente no actualizo tanto como me gustaría por falta de tiempo pero bueno, se hace lo que se puede, me alegro de que te haya gustado!! =) y no, el título no es en honor a pink floyd, es más bien una metáfora de lo que es el blog ;)
    Anónimo, muy buen comentario y sí.. desde luego estas mareas están locas =)

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