jueves, 17 de enero de 2013

Resistir


Quizás lo peor que pueda haber en una noche oscura no es la oscuridad en sí, sino la certeza de que nadie está escuchando tus gritos. Aunque, en realidad, cuando me siento perdida, cuando mi mente flaquea, cuando mi ánimo se desploma... no veo las cosas impregnadas de oscuridad, más bien al revés, si me desplomo, es porque la luz me ciega, porque veo las cosas con demasiada claridad, porque me sobrepasa la verdad

Normalmente intento maquillar mi realidad de un modo que sea soportable a la vista. Prefiero creer ciertas cosas, aunque en realidad sepa que no son así. Intento encontrar una motivación "más allá" que me ayude a dar algún tipo de sentido a este sinsentido... en definitiva intento que lo que me rodea no sea tan despreciable. Pero hay veces que todos esos mecanismos de defensa se caen como un cuerpo sin huesos... y me quedo parada, muy quieta, observando la inquina que me rodea. 

Con toda claridad, en su mayor esplendor, la hipocresía me abofetea, la mentira me sodomiza, la desgana se apodera de mi... y el absurdo es lo único que me mantiene. La cordura intenta penetrar con fuerza en mi mente, me arrincona, me inmoviliza, me reduce... y me siento tentada, porque así sería todo mucho más fácil. Si todo fuera normal, si todo fuera tan simple... si no me empeñara en pintar la realidad con tales colores, si la aceptara sin más, todo sería muy fácil e incluso podría llegar a ser bastante más feliz.

 Pero justo en ese momento en el que tus miembros flaquean por el terrible esfuerzo, en el que tu corazón se acelera y te parte el pecho, en el que cada bocanada de aire son como mil puñales garganta abajo... es entonces cuando sacas fuerzas y recuerdas quién eres; cuando haces cuenta de lo poco que tienes y te dices, "me es suficiente"; cuando te desligas de todo aquello que te quieren hacer sentir y que no sientes... cuando miras tu realidad cara a cara y la vuelves a controlar, y te vuelves a controlar.

Me siento como un dique, un enorme dique que impide que todo esto arrolle todo aquello en lo que creo y que sé que nunca veré cumplido más allá de las paredes de mi cráneo... pero ayer recordé que me daba igual,  porque al menos en mi mente sí es real, en mi vida procuro y procuraré que sea real, y con eso me basta.

 En estos momentos de flaqueza en los que, o bien la realidad te impele, o bien quieres arrasar con tu ira todo aquello que desprecias y que te hace despreciar el sitio en el que vives y lo que eres, te das cuenta de que, aunque tengas bien poco, lo que tienes es muy grande, lo que tienes sabes que es verdadero... muy pocos de los que se dicen cuerdos podrían decir que tienen algo verdadero en sus vidas. Y sí, puedo ser muy desgraciada en casi todos los aspectos de mi miserable vida, pero puedo decir que al menos una pequeña y diminuta cosita en toda ella es cierta: él está ahí conmigo, él sabe lo que siento, sabe lo que soy y lo ama sin importarle nada más. 

Eso es más que suficiente para seguir aquí, para que el dique aguante, para hacer de esta realidad algo mejor, no por los demás, sino por él.  

3 comentarios:

  1. Hay una mata de cantueso a la intemperie, nocturna, que mira un carril de agua cercado por cipreses en orden, "el ciprés es un árbol de muerte del hombre", piensa. Mira el pequeño estanque, que tiene forma rectangular, y piensa que el agua no tendría esa forma si nada la contuviese, igual que brotaría la tierra si no la hubiesen aplastado con cemento que un día fue rojo y ahora solo es color gastado. Mira esos edificios, uno gris, otro amarillo, parece que cubierto de polvo y decadencia, los dos cuadrados, tan rectos, tan fuera de lo natural. "Aquí es inútil decirle al agua que se desborde", se abate, "tendríamos que hablarlo con la lluvia", es una mata un poco rara, ya sabemos que no quiere otra cosa que sentir cerca el agua. Piensa en buscar el agua del carril de los cipreses en otra parte, pero no la encuentra aunque le obsesione "será que no para quieta" pero, en fin, se sabe enraizada a esa tierra irremediablemente. Quizá es que en esa realidad -la de los cipreses, el cantueso, el cemento rojo y el carril- está demasiado enterrada y el carril demasiado estancado. Entonces piensa en salir de esa realidad "al fin y al cabo, no es todo lo que hay", y allí encontrarse respirando de verdad su olor y el agua sin forma alguna que le dé forma, que la contenga, "porque esta realidad no sabe a nada", le brillan las espigas, "aquí puede que se desborde lo que allí ata y contiene".

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  2. Me ha llegado tu comentario, a parte de que está exquisitamente escrito, es mejor que mi entrada sin duda, una mera reflexión en un momento bajo.
    Toda realidad que se aleje de la realidad será más realidad que la propia realidad.

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  3. Está escrito desde la entraña dolorosa, aquí en esta oscuridad latente. No creo que sea mejor porque nace de lo tuyo y quiere hablar de lo mismo. Lejos de la realidad hay verdad. Me gustaba más la otra canción.

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