miércoles, 11 de agosto de 2010

No quiero volver a mentirme


Inhalé el pegamento que unía los trozos de mi alma
a este paso me pego un tiro como el cantante de Nirvana;
la crisis existencial
es demasiado dura para poderla soportar,
nadie me puede ayudar…
SOS escrito en la arena,
sigo en este desierto que me desespera.
Necesito volver a creer en mí misma
y no volver a caer en mis mentiras.
Me mata la desidia.
Presidiaria de una cárcel infrahumana,
me encerraron por profana,
por no creer en nada.

Me gustaría pasar desapercibida,
me desagrada tener que levantarme día a día;
me gustaría seguir simplemente soñando
y no volver a mi mundo de mentiras
¡Que no quiero sonreír coño!
¿Para qué mostrar una felicidad que no conozco?

Quiero esbozar una sonrisa,
pero es muy difícil, pues mi estabilidad agoniza,
vida yerma y llena de cenizas.
El ángel negro no renacerá,
 está muerto…
enterrado en las arenas de su propio desierto.
Hundido.
Muy hundido, más abajo del subsuelo
y es que siquiera está en el infierno
 no cree en eso…
Dios ha muerto. 

Es tan triste no creer en nada...
pues todo se resiste,

 la razón lo embiste
con fuerza sobrehumana...
todo lo quiebra, todo lo resquebraja.
Camino de cristales,
Que mis pies rajan,
Sale hiel de mis heridas
¡No sangran!
Me gustaría pasar desapercibida,
me desagrada tener que levantarme día a día;
me gustaría seguir simplemente soñando
y no volver a mi mundo de mentiras
¡Que no quiero sonreír coño!
¿Para qué mostrar una felicidad que no conozco?


Duermo.
Escucho mis pensamientos.
Descubro que están muertos.
Mi corazón sigue latiendo,
pero mis emociones están desapareciendo…
Vacía por dentro, tan vacía…
Mi alma agoniza.

 Desidia.

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