domingo, 25 de marzo de 2012

Salida de emergencia



El ánimo encerrado en estas cuatro paredes que conforman la ciudad. Las mismas caras, los mismos gestos, las mismas conversaciones. El sol rebota en el blanco de los muros y me ciega los ojos. Me es igual. No hay nada interesante que ver, al menos en la negrura de mis retinas la fantasía fluye.

Falta de estímulo


Rutina, cotidianidad. Y escasas válvulas de escape por las que sale mi energía a borbotones, regando con su lluvia de novedad los días grises en esta ciudad. El tedio provocado por las mismas cosas. Las conversaciones que se repiten una y otra vez como un bucle que, inexorablemente, te conduce al aburrimiento más insoportable. Las mismas caras que no aportan nada nuevo, pese a que acudas a ellas con esperanza de encontrar algo interesante


Necesito aire


Una nueva ciudad desconocida, gentes con otros rasgos, otras preocupaciones, otras ideas. Otro ambiente que me obligue a sobrevivir, no simplemente a mantenerme sin más. A estar. Quiero aprender cosas que no sé, no rumiar lo que siempre me han enseñado. Conocer otros días, otras sensaciones, otros grises al fin y al cabo. 


Necesito reciclar mi cabeza. Enturbiar mis pensamientos. Necesito algo novedoso sobre lo que pensar. Necesito algo desconocido que me presente un problema.  


Algo interesante que escribir.
Algo nuevo que vivir.
Paredes limpias que arañar

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