jueves, 15 de septiembre de 2011

Nihil


Los miro pasar y no puedo evitar preguntarme en qué piensan, qué piensan sus cabezas, qué sienten. El nihilismo anula mi mente, la sangra, la anestesia... pero ellos, ellos aún son capaces de creer en algo, lo que sea...

Los envidio. Quizás crean en un dios, cualquiera de todos los que hay; tal vez crean en el comunismo o en el capitalismo; en la monarquía o la república; en la ciencia y su progreso; a lo mejor creen en el amor, en la amistad; quizás sean racionalistas o tal vez hedonistas...

Yo vivo en mi eterno hastío, en mi constante apatía, tedio... buscando algo en lo que creer como ellos y no sentirme así tan vacía para abandonar por fin este estado de ataraxia mental que me abruma con su peso, con su opaca sustancia conformada en la nada.

Cuando el cielo, plomizo como una losa, oprime
El gemebundo espíritu, presa de hastío inmenso,
Y abarcando la curva total del horizonte
Nos vuelca un día oscuro más triste que las noches;

Cuando en fría mazmorra la tierra se convierte,
Y la esperanza como un siniestro murciélago
Va rozando los muros con sus tímidas alas,
Golpeándose la testa en los techos podridos;

Cuando la lluvia extiende sus inmensos regueros
Que imitan los barrotes de una vasta prisión,
Y todo un pueblo mudo de asquerosas arañas
Del cerebro en el fondo sus hilos va tejiendo,

Hay campanas que saltan, de repente, furiosas
Y hacia el cielo levantan un horrible alarido,
Cual si fuesen espíritus errantes y sin patria
Que a gemir se entregaran inacabablamente.

Y fúnebres carrozas, sin tambores ni música,
Cruzan con paso lento por mi alma; la Esperanza,
Derrotada, solloza, y la Angustia, despótica,
En mi cráneo vencido iza su negra enseña.


________________________Charles Baudelaire (Las flores del mal)

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