miércoles, 7 de septiembre de 2011

Réquiem



Tus besos han volado cual hoja arrastrada por el viento en otoño y ahora mis labios son escarcha... vuelven a ser veneno. Tu cuerpo, encarcelado en mi mente, permanece en el tiempo como las estatuas griegas que aún con los siglos a sus espaldas nos siguen sobrecogiendo como la primera vez que fueron contempladas.


Un susurro recorre mi cabeza de lado a lado, un susurro que transporta palabras vanas, vacías o que revientan de significados, susurros que se asemejan a una bala... una bala que penetra rápida e indolora por la sien izquierda para salir junto con la sangre y la masa cerebral, el hueso y la viscosidad por el lado opuesto.


Las caricias son como espectros... como el vacío de una amputación, allí donde debería estar el miembro arrebatado. Los ojos vítreos miran sin ver a la nada más absoluta, a la oscuridad más luminosa... ojos acuosos de muñecas de porcelana, esos ojos que parecen perseguirte y que sin embargo permanecen inmóviles en su inquietante ceguera.


El tiempo amasa los recuerdos, los fotogramas de esa película tan mala y barata que es mi vida, revela del negativo las escenas más macabras y obscenas que sin embargo... resultan ser más bellas que la pureza de las mentiras.


2 comentarios:

  1. Dios, esa cancion me encanta...siempre lloro al escucharla!

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  2. Bueno, con el tiempo todo tiene que pasar y acabarse... Quieras o no.

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