jueves, 25 de agosto de 2011

Noches de no pasión


Como dijo Neruda yo esta noche no sé si podría escribir los versos más tristes, en realidad no sé qué podría escribir o siquiera si sabría escribir. Creo que esta noche lo he olvidado todo, incluso quién soy.


He perdido la noción del tiempo, del espacio. Ahora podría recorrer el mundo andando. La oscuridad me asfixia y sin embargo la luz me da miedo, un miedo terrible... me ciega con su brillo y me quema con su leve calor ¿Leve?

Quizás anhele algo que está lejos o quizás algo que nunca he conocido. Hay ángeles que ascienden de infiernos y diablos que son beatificados, el mundo está del revés. Mis tripas vomitan sangre y mis pies se encallecen al recorrer la ciudad mil y una veces escuchando canciones decadentes o voces lejanas.

Y qué más da si la soledad siempre está: quizás uno no busque tanto ser amado como ser comprendido, decía Orwel. Quizás él tuviera razón, tal vez era un visionario y no un loco... la locura, no es cuestión de estadística, como tantas otras cosas. Lástima que poca gente entienda esa frase.

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