jueves, 6 de octubre de 2011

Hastío

Los acontecimientos se suceden unos a otros sin más. Sin ningún tipo de aliciente, perturbación, ilusión, desasosiego... siquiera está presente el miedo, ese factor tan fundamental en otros momentos.

Las situaciones del día a día pasan unas tras otras sin alterarme lo más mínimo. No son tan poderosas como para hacerme girar la cabeza para mirarlas ni tan leves o tan ínfimas como para hacer que me detenga, que me parar a observarlas mejor.

Por no ser ni son.

Llegó a ser algo exasperante en un momento pero ya hasta esa sensación ha desaparecido, absorbida por esta ingrávidez que es ahora mi vida. Todo, absolutamente todo: la realidad, las personas, las situaciones, los hechos, las novedades, el pasado, el presente, el futuro, el espacio... todo se coloca en un plano horizontal, en una perfecta fila a la japonesa que nada perturba, siquiera un desastre nuclear.

Mi vida pasa ante mis ojos no como una película mala como en otrora dije... no, porque ya siquiera me importa qué es bueno y qué es malo ni el por qué ni el por qué no... ya me da absolutamente igual, me es indiferente lo que quieran llamar bueno o malo. ¿Yo qué soy?

No soy.
No estoy.
No voy.
Tampoco vengo.
No tengo ganas de ir.

Es como si... la vida de alguna forma hubiera dejado escapar su sentido, como si estuviera ya aburrida de sí misma ¿Qué me espera si no más de lo mismo?

Lo peor de todo es que este hastío se ha vuelto soportable... desde que me dejó de importar, como todo lo demás.

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