lunes, 17 de octubre de 2011

Un prisma inexistente


Y si al menos me durmiese llorando eso significaría que me importa. Esto no es un desierto, es un punto negro, vacío, donde solo estoy yo o lo que se supone que soy yo. Para qué tener ojos si nadie se molesta en mirarlos, haría mejor arrancándomelos y echándoselos de comer a los gusanos.

No os odio, os compadezco... os compadezco porque solo tenéis una visión en horizontal de las cosas y no es culpa vuestra en el fondo, si no de esta sociedad que lo reduce todo al odioso tándem de o blanco o negro.

No espero por ello que comprendáis estas palabras, casi nadie lo hará... menos mal que aún existe ese casi. "La locura no es cuestión de estadística"... no ceso de repetírmelo porque en esa frase reside mi cordura.

Quizás hoy escriba palabras, como mañana me arranque las entrañas; quizás hoy siga en este mundo de muertos o tal vez mañana otro mundo salga a mi encuentro. Para qué salir del ataúd, si fuera casi todos estáis igual de inertes que mis vecinos en el cementerio. Para qué escribo esto si ni siquiera podéis atisbar lo que quiero decir... lo más que objetaréis acerca de esta parrafada es que es triste... siquiera comprendéis lo que os estoy diciendo...

Vuestro prisma estalló, mejor dicho, nunca existió y con él todos los matices de esto que llamamos vida. No sois mediocres... sólo sois simples.

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