miércoles, 10 de agosto de 2011

Nos dicen... y yo les digo


¿Y qué es la vida al fin y al cabo sino una suerte de piedras en el camino?

Nos dicen que no somos nadie, que somos culpables de un pecado que nosotros no hemos conocido, nos dicen que nuestra vida no vale nada, que es un soplo de aire en un vendaval. Nos dicen que nuestra carne se pudre al sol y que el polvo vuelve al polvo.

Nos dicen que no existe la libertad y les creemos, nos dicen que existe la felicidad y les creemos.

El mundo es grande, no lo podrás recorrer, pero es pequeño, en comparación con el universo. Nos dicen que el árbol de la vida, es el único verdadero, pero para mí el árbol de la ciencia es un tumor que me enquista por dentro.

Nos dicen que la oscuridad nos debe dar miedo, que las palabras lo expresan todo, pero valen más las imágenes. Nos dicen que el ser humano por naturaleza es egoísta y malsano y nos hacen creer que las guerras son accidentales.

En la escuela nos enseñan lo que es la izquierda y lo que es la derecha, nos enseñan los colores, pero se olvidaron de la gama de grises, se olvidaron decirnos que no todo es o blanco o negro. Nos establecen una moral y todo lo demás es incorrecto, nos dicen que, las personas que se salen del camino, son ovejas descarriadas y no merecen la pena. Nos dicen que poetas como Baudelaire son malditos, que Poe da miedo y que Dalí se drogaba.

Nos dicen que el color de los iris se pueden cambiar con lentillas, que las tetas se pueden operar pero lo que no nos dicen es que no existe el cuerpo perfecto.

Nos dicen que dios es omnipresente y omnisciente, pero no nos dicen que en el cuerno de África, por mucho que crean en dios, se siguen muriendo de hambre. Nos dicen que el petróleo se agotará pero no hacen nada por sustituirlo.

Ellos dicen que el dinero lo compra todo, yo les digo: todo menos la dignidad humana que la pudre, la pisotea y la diseca, colgándola de una pared, o prostituyendola en carreteras y burdeles sórdidos.

Y yo les digo, queridos señores, dueños del mundo, de la sociedad, de la moral, la religión y vuestro asqueroso dinero, tendréis toda la felicidad que vosotros creéis como tal, seréis dueños del mundo entero y de las personas que habitan en él, pero no sois dueños de las ideas, ni de mi pensamiento ni el de todas aquellas ovejas descarriadas, tildadas de malditos, locos, viciosos...

El mundo para mi no es pequeño, lo recorro todo los días con mi imaginación. Yo no soy culpable de ningún pecado, mi único pecado es haber nacido en un mundo infecto de seres como vosotros, que me asqueáis, a los que repudio con todas mis fuerzas y todas mis palabras que valen más que imágenes, que valen más que todo vuestro asqueroso dinero.

Repudio vuestra moral, vuestra sociedad, vuestros ideales, mis ojos son castaños, de un castaño normal y corriente y mis tetas son pequeñas y aún así me considero más bella que todas vuestras modelos juntas, porque soy humana no un maniquí.

A pesar de vuestras enseñanzas yo sí que aprecio la gama de grises y hace tiempo fui más allá del bien y del mal, justo como soñaba Nietzsche, ese mismo que os esforzasteis en malinterpretar, al menos no lo censurasteis como a mi amigo Baudelaire.

Para mí no hay izquierdas ni derechas, hay intransigentes dogmáticos que se olvidaron del verdadero valor de las ideas, para los que el pueblo son simples bueyes que aran su campo de petroleo y gas natural.

El árbol de la ciencia, árbol carnívoro donde los haya, terminó con vuestro querido árbol de la vida, lo masticó como mastican los cerdos burgueses los pechos de las mujeres que prostituis. Vuestra dignidad tocó el fondo de su vagina y acabó de caer cuando pagasteis la cuenta.

Yo no quiero vuestra felicidad y a mí no me digáis que la libertad no existe. La libertad existe y, como dice Sartre, estamos condenados por ello a elegir... elegir si vivir en vuestro mundo de la vida o hacer que germine en nosotros el árbol de la ciencia.

Yo no elijo ni una cosa ni la otra, yo elijo mis ideas.

No me haréis odiar al ser humano por mucho que en vuestros cuerpos encarne su peor faceta, por muchas guerras que creéis, por muchos motivos egoístas que queráis darles, por mucho que me digáis que el ser humano no vale nada, que es un átomo en la inmensidad del universo, por mucho que me intentéis hacer creer que el ser humano es lo más cruel y despreciable que habita en la Tierra, no me haréis cambiar de opinión:

El ser humano existe y os echará de vuestro negro trono de petróleo, el ser humano se alzará y las ovejas descarriadas os enseñarán la lección que os faltó aprender: la lección de la humanidad.

3 comentarios:

  1. La vida es algo más de lo que la gente se piensa...
    Es obvio que tiene que tener un sentido, porque sino el único fin en ella sería dar placer a un cuerpo que haga lo que haga está condenado a dejar de existir.
    Me encanta tu blog ;-) pasatee

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  2. estaa muy chuloo tu blog jiji te sigo vale? pasate por el mio si quieres,y si te gusta sigeme (: un besito cielo de :http://lamagiaexistee.blogspot.com/

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