lunes, 10 de octubre de 2011

Todo se derrumba a la tenue luz de las farolas



A la tenue, dispersa y diáfana luz de las farolas; esa luz que se concentra en perímetros reducidos, esa luz que se intercala con las sombras; andando con una parsimonia aterradora por un asfalto levantado, desgastado, por qué no decir magullado; entre edificios de acero y cristal, endeble barro... llego a conclusiones, conclusiones que por su peso me hunden en el más miserable de los infiernos.

¿Y si la vida no es nada, por qué la defiendo? ¿Y si tan poco vale, por qué escribo esto?

Perdida en una isla de locura no estadística me dejo acunar por las olas, espero que sean las del Mar Muerto, así el exceso de sal no dejará que me hunda más en este mundo infecto.

1 comentario: