miércoles, 21 de julio de 2010

En ningún lugar

Cuando la soledad es tu única compañera y la miseria te inspira; cuando los andenes son tu casa y tu rutina las despedidas. Tu vida a las espaldas, dejándola atrás con cada kilómetro... intentas meter en una maleta tus pertenencias en un vago intento de trasladarlas, pero tus vivencias siguen en las calles de esa ciudad que es tu casa y eso... eso no cabe en una maleta...





Entre tragos de alcohol
escapo de esta locura,
no tengo nada que perder
ni que ganar,
por eso vago sin rumbo hacia ningún lugar,
donde nadie me parece esperar...

Pago billetes de tren,
paro en andenes donde nadie me ve,
nadie me espera...
nadie me esperará,
porque no hay gente en ningún lugar.
Mi imaginación vuela alto,
se chuta
y se suicida,
sobredosis de morfina.
Mi inspiración enclaustrada
 por Cristo es torturada.

Viajo sin rumbo,
a ningún lugar...
allí donde nadie me espera,
donde nadie esperará;
allí donde el poeta se siente delirar,
donde el drogadicto
 se va a flotar;
allí donde un sincorazón va a amar,
donde una asesina va a matar;
allí donde tan solo yo voy a parar...

Un desecho de la sociedad,
un despojo humano.
No me hago entender,
tampoco lo pretendo...
Y sigo viviendo
en la locura que es mi cuento.
Un desecho de la sociedad,
un despojo humano.
Echo de menos la felicidad
y eso que nunca...
nunca...
la he llegado a tener de verdad.


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