jueves, 10 de febrero de 2011

Andar y no pensar...


Lo único que me apetece es andar sin rumbo fijo por las intrincadas calles del casco viejo de Cáceres. Quizás en esas calles con tanta historia pueda encontrar la mía o... simplemente, si la tengo, pueda por fin descubrirla.

Me apetece no pensar, solo dejar que la mente vuele y se pierda y, por mí, que no vuelva... pesa demasiado. Solo quiero sentarme en mi jardincillo particular, no como ese que describe la biblia ni mucho menos, ni tampoco como el del Bosco, más quisiera... es un simple jardincillo que da a la parte antigua y a la montaña, refugiado, cálido, con vegetación, fríos bancos de piedra y una alta barandilla por si algún día me da por tirarme. Es como mi refugio, voy allí y el mecanismo de mi mente se para y simplemente me dedico a otear los tejados antiquísimos y la montaña a lo lejos, contando las luces que hay que pasar para llegar a lo alto, no a ver a la virgen (Satán me libre) sino a ver la maravillosa ciudad a mis pies. No es que tenga complejo de querer sentirme poderosa allí arriba sino más bien me gusta evocar buenos momentos, masoquismo tal vez... no sé, pero con este pesimismo y esta apatía es lo único que me apetece: trasladarme a lugar y situaciones que considero buenos para no pensar en todo lo demás que me socava la mente y el alma.

Tengo la necesidad imperiosa de escribir y tal vez por eso esté haciendo esta parrafada que no va a ninguna parte, pero es que tengo tantas cosas que decir que se me apelotonan las palabras y se me traban, como se traba la lengua del borracho. Lo mismo sucede con mis pensamientos, que son como centellas que me ilumian por instantes pero que dejo de comprender al instante siguiente. Quizás sea demasiado para mí... quizás todas esas preguntas deberían seguir siendo retóricas... quizás debería exiliarme a mi jardincillo y no pensar más, si eso es posible, ojala fuera posible.


Preguntas que se hacen al alma
y que la razón las calma,
preguntas retóricas o inacabadas,
respuestas liosas y enrevesadas,
verdad esquiva, versada,
yo solo sé
que no sé nada...

La metafísica se me escapa,
las palabras se marchan,
los pensamientos se anclan
las respuestas
¿Dónde andan?
Versos de todo y de nada,
de belleza y de plasma,
de dios y alma,
cuerpo y mente...
loca de repente
mi cerebro arremete,
mi cuerpo se relaja
de nuevo preguntas...
¿Por qué no se acaban?


3 comentarios:

  1. Buena escritura, buena reflexión y, sobre todo, BUEN GUSTO MUSICAL :)

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  2. Muchas gracias!! y en cuanto a la musica... hay k presumir de talento patrio =P

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