Hemos muerto

Queridos drugos, os tengo que dar una mala noticia: el ser humano ha muerto.

Sí ha muerto, ha muerto por la sencilla razón de que ha perdido el verdadero sentido de su vida, porque se ha convertido en un instrumento del sistema, porque todo lo que hace, piensa, dice o crea va en función del sistema y de esta realidad esteriotipada y aparentemente perfecta que hemos creado, esta realidad tan asfixiante que no la aguanto más.

El arte hace mucho que dejó de ser arte, sino echad un vistazo a los últimos libros publicados, admirad algún cuadro de autores recientes a ver si os sobrecoge como el Bosco, como Goya, Monet o Tiziano, echad un ojo a los carteles en el teatro: solo reposiciones, versiones, más reposiciones y más versiones ¿La música? mejor ni la toco porque es un auténtico desastre y hace años que está más que muerta.

El ser humano ha perdido una de sus mayores virtudes: la de crear por y para sí mismo... el ser humano ha pasado de crear por crear, a crear siempre para un fin, ya sea práctico o económico; ha pasado a crear para el sistema, no para exteriorizar sus inquietudes, sentimientos, pensamientos o angustias...

Hemos perdido el rumbo, el sentido de la vida... hemos perdido nuestra libertad de vivir por vivir, de crear por crear... vivimos por y conforme a un fin y ya no creamos para desahogarnos: creamos para ganar dinero, adornar exposiciones o llenar teatros.

Todo esto me parece muy triste, el ser humano está cayendo en un hoyo cada vez más profundo y de una salida cada vez más intrínseca pues pocos se atreven a romper con lo establecido, con lo ortodoxo, con lo políticamente correcto, a vivir según sus apetencias, corazonadas, impulsos, sentimientos, sensaciones... que les lleven a crear las más perfectas obras o a hacer los más deseados y por qué no también perfectos actos, aunque estén equivocados, pues el ser humano en sí mismo es tan solo un cúmulo de equivocaciones.

Hemos perdido nuestra grandiosidad, ésa encerrada en una obra de Shakespeare que es capaz de sobrecoger a personas de tan distintas épocas; ésa que está latente en un lienzo al óleo; ésa que espera ser liberada por una bailarina sobre sus puntas o por una actriz en medio de un escenario, un cantante gritando al mundo...

Estoy cansada de este asfixiante conformismo, de esta aparente felicidad y bienestar, de todo este teatro... ¡Despertad! ¡Vivid! no os convirtáis en medios, convertíos en fines, de vuestra propia vida, vuestra propia realidad, no olvidéis que en otro tiempo éramos tan libres... que interpretábamos al mundo la corrupción moral de Hamlet, la belleza mortífera de Dorian Gray; descubríamos en un viaje de letras el disfraz de San Manuel Bueno Mártir o el miedo disfrazado de Poe; no olvidemos que en otro tiempo pintábamos Jardines de las Delicias, y Meninas  erigíamos catedrales como la de Burgos o la de León y canciones tan representativas como Wind of Change...

Si habéis perdido vuestra humanidad al menos no olvidéis que en otra época existió, aunque eso es lo que ellos quieren... que tan solo seáis máquinas para trabajar y que vuestro único recuerdo, presente y futuro sea la palabra dinero, consumo y bienestar.

Queridos drugos yo me piro... ahí os dejo con vuestro bienestar.