sábado, 11 de diciembre de 2010

Divagación filosófica

Dijo Schelling: “la naturaleza es el espíritu visible, el espíritu visible es la naturaleza invisible", porque en todas partes de la naturaleza intuimos un espíritu estructurador. También dijo que “la materia es naturaleza adormecida”. Schelling vio un espíritu universal en la naturaleza pero también vio el mismo espíritu en la conciencia del hombre. En este sentido la naturaleza y la conciencia humana son en realidad dos expresiones de lo mismo, es decir, que uno puede buscar el espíritu universal tanto en la naturaleza como en la mente de uno mismo.

Por eso Novalis dijo que “el camino secreto va hacia dentro”, pensaba que el hombre lleva todo el universo dentro y que la mejor manera de percibir el secreto del mundo es entrar en uno mismo.
Para muchos románticos la filosofía, la investigación de la naturaleza y la literatura se elevan a una unidad superior. Estar sentado en un estudio escribiendo inspirados poemas o estudiando la vida de las flores y la composición de las piedras eran en realidad dos lados del mismo asunto.
____________________________________________Jostein Gaarder (El mundo de Sofía)

Es muy egocéntrico pensar que nosotros somos todo o que el todo está en nosotros, pero sin embargo es algo también muy lógico pues... ¿No somos nosotros también parte de la naturaleza? Muchos filósofos buscaron el principio común, la ley universal que rige la naturaleza, muy pocos cayeron en la cuenta de que ese mismo principio común, esa misma ley universal está en nosotros, pues nosotros también formamos parte de la naturaleza. Yo no soy quién para decir qué principio es ese o qué ley pues aún no sé lo suficiente pero sí que sé lo suficiente de mí misma y por tanto también sé algo de esa naturaleza.
Creo que se puede observar tanto desde el ángulo de la razón como desde el de los sentidos y esto no es que no sepa decidirme entre el empirismo y el racionalismo es que simplemente creo que los dos tienen en parte razón y en parte están equivocados. La razón es la que nos diferencia de los animales, nos eleva a un estrato superior, los sentidos nos vinculan al mundo. No se puede depender solo de una razón que divaga en posibilidades, la mayoría de ellas impracticables, el resto posibilidades ciertas o menos ciertas en función de su posible demostración. Tampoco se puede dejar uno guiar por los sentidos pues no todo lo que se ve es cierto. Por lo tanto lo ideal es ver, oler, oír, sentir, degustar y luego decidir si todo eso que vemos, olemos, sentimos, oímos o degustamos es cierto o no, fundamentándonos en hechos probables aunque a veces la razón divague por lados oscuros del universo por el mero hecho de la curiosidad o la posibilidad remota, donde existe posibilidad existe un posible acto ¿No?

Divagar es sano. La curiosidad, la imaginación, la posibilidad de crear está dado por la razón, la que nos diferencia de los animales que solo viven para satisfacer sus necesidades más básicas. Nosotros en el fondo también, pues es en nosotros básico el preguntarnos el por qué de las cosas, por muy disparatado que sea, es inherente en nosotros buscar respuestas a todo, crear, expresarnos…
Creo que cada persona tiene una cualidad innata para todo esto, hay gente que se le da bien escribir poemas, relatos, cuentos… a otras personas se les da mejor dibujar, esculpir, cantar, bailar, tocar un instrumento, construir o simplemente pensar. Cada una expresa su naturaleza de la forma que mejor sabe, la que es inherente en ella, un poeta expresa en versos su mundo interior que no es muy diferente al que nosotros tenemos aquí “fuera”: su mundo se divide en sentimientos buenos y malos, correctos e incorrectos, necesarios e innecesarios… sus sentimientos se dividen en etapas, periodos… maduran y se vuelven viejos o son demasiado jóvenes y confusos, evolucionan… pasan por diferentes estados, se basan en diferentes leyes, cambian y mutan al ritmo que cambia y muta su yo interior, su naturaleza… una novela, un cuadro, una escultura, una sinfonía, una coreografía, una catedral… son tan solo intentos de hacer ver nuestra naturaleza, para que los demás la entiendan o se sirvan de ella. El ser humano es un ser sociable, necesita de todo esto para sentirse “realizado”, necesita de todos esos eslabones para construirse para, más bien, completar su esencia, para entenderse un poco mejor él mismo, para encontrar las respuesta a su yo interior y, por tanto, a la naturaleza.

Por eso divagamos, por eso soñamos, por eso nos quebramos la cabeza con preguntas “estúpidas” como: ¿Qué es la naturaleza? Con lo fácil que es decir “todo lo que está ahí fuera”. Nosotros vamos más allá y nos preguntamos ¿Qué es todo aquello? ¿Qué es incluso lo que hay “más allá”? por eso estamos donde estamos, porque continuamente nos hemos preguntado el porqué de las cosas, porque no nos hemos conformado. Pero yo ahora veo que eso peligra, que cada vez pensamos menos porque vemos que todo está resuelto, pero no, nada está resuelto, aún hay muchas preguntas por responder, preguntas que siquiera Platón o Aristóteles o Hume o Kant concibieron en su época… y cuando las hayamos respondido aún habrá más… pues aún nos queda por responder la pregunta más complicada de todas: ¿Esta es la realidad? ¿O la realidad es la que se nos muestra cuando soñamos y nuestra vida no es más que un sueño del cual despertamos cuando morimos?

Si todo esto es un sueño, vaya sueño más enrevesado, jodidamente imaginativo y bello, sí es bello, siempre me pareció bello preguntarme el porqué de las cosas, siempre me pareció bello escribir para intentar comprenderme, que no será arte, pero tal vez esto sea un sueño y, en la otra realidad o, más bien LA REALIDAD, sí que sea arte ¿No? Tal vez mi vida tan solo sea un libro, que alguien escribe para tratar de comprenderse mejor, tal vez mi propia vida constituya algo artístico… si tal vez, tal vez esté divagando demasiado, lo siento, la razón se apoderó de mí… bueno no está mal divagar pero sí… entra un dolor de cabeza increíble.

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