sábado, 9 de octubre de 2010

Desperté del letargo


Andando al filo del precipicio arriesgándolo todo, por fin sin miedo. Me siento liberada, como si hubiera soltado en el suelo una carga demasiado pesada. Ahora me noto ligera y a la vez insatisfecha, eran demasiadas cosas las k tenía k decir y demasiadas pocas palabras las k x fin he dicho. Necesitaría toda una vida para hablar y hablar y aún así no terminaría de contarlo todo.
Pero el primer paso ya lo he dado, vencer el miedo, encontrarme a mí misma, mi valor, mi espíritu de lucha, mi fe. Y me siento bien xk en el fondo, en estas cosas, no hay síntesis k valga, todo es un torrente de palabras desenfrenadas k kiero decir y no sé cómo decirlas... son demasiadas cosas, demasiado importantes como para ser solo palabras.
Es bonito ver las cosas desde una nueva perspectiva no tan sombría sino atrevida y, tal vez, temeraria. Estando sentada a verlas venir para bien o para mal no se consigue nada hay k luchar, al pie del cañón... pero hay veces k es tan difícil... la sombra del fracaso y el dolor es demasiado imponente pero yo nunca he sido así, nunca la he tenido miedo ¿Por qué ahora sí? supongo k xk ahora tengo más cosas k perder... demasiado importantes a las que no kiero renunciar por nada del mundo.
Pero precisamente x eso se acabaron las sutilezas y k empiece la verdadera lucha, las cosas solo se demuestran actuando y solo se ganan luchando.

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