lunes, 22 de noviembre de 2010

Belleza

Es una belleza tangible, que casi daña la vista. Es una belleza efímera, que persiste solo en el momento que se vive y que se recuerda sí, pero no con tal pureza. Es una belleza delicada, como la imagen tan inestable que forma en la mente cuando ya no se está en la escena...
Es lo más bello que han visto mis ojos, que se deleitaron con ello como la boca se deleita con un dulce. De una armonía tal, que en su momento me abrumó por su perfección quieta, plausible, obvia... recreada en el tiempo, sin prisas, con tal disfrute visual como sensitivo, una escena donde solo las emociones eran las protagonistas, donde solo existían los cuerpos, los sentimientos y todo lo que ello acarreaba.

No creía en la perfección hasta ese momento, en el que me quedé absorta en su mirada, esa que me hacía tan grande; en ese momento en el que me perdí en las texturas y sabores de su cuerpo; en ese bienestar que me invadía, esa felicidad, esa plenitud... cuando me refugiaba en sus brazos a pesar del calor.

Es la belleza de lo efímero
de lo humano...
finito y eterno
bello, bello y bello.

Es la belleza de la sinceridad,
de las emociones, los sentimientos
y nada más.
bello, bello y bello.

Es la belleza de sus ojos
de sus gestos
sus reacciones,
sus deseos,
sus tensiones,
sus ilusiones,
sus besos...
él entero,
bello, bello, bello.

Es su cuerpo y mi cuerpo,
son sus manos
y son mis dedos,
son sus labios,
y son mis besos,
es eso...
bello, bello, bello.


No hay comentarios:

Publicar un comentario