martes, 9 de noviembre de 2010

Nunca fui tan feliz y eso que no existió

Demasiado bonito para ser verdad así es que la única explicación plausible es que no fue verdad.

Cansada de soñar, desear, delirar, calibrar las posibilidades del éxito o el fracaso, preparar al corazón para lo peor o frenarlo cuando llega algo bueno; camuflar la realidad y preferir imaginarla, esperar y no conseguir nada; engañarme a mi misma y a los que están a mi alrededor... perseguir, añorar, luchar, desear con todas mis fuerzas algo que fue un mero sueño, una ensoñación demasiado bella y perfecta, un espejismo, un reflejo en el agua que se destroza a la mínima perturbación pero tan nítido, tan fuerte como el sol que brilla en el cielo.
¿De qué sirve lamentarse por lo que hubiera pasado si esto o si lo otro? ¿De qué sirve lamentarse por algo que, en realidad nunca tuve? xk ahora me doy cuenta... nunca lo tuve.

Fue algo demasiado bueno como para que alguien como yo pudiera poseerlo, simplemente viví y no me arrepiento; al revés, lo añoro, quiero volver a ello pero lo veo tan lejos... temo que se difumine en la lejania, k la distancia del tiempo lo olvide y, sin embargo, por una parte quiero hacerlo así acabaría todo. Pero no puedo.. ¿Cómo se puede olvidar algo tan bello e intenso? ¿Algo tan puro? ¿Cómo se puede olvidar esa sensación?
Siempre he deseado encontrar esa libertad, ese concierto de emociones y razón para ser yo misma y, ahora que por fin la encontré, me sorprendo perdida en una bruma de ensoñaciones que no me permite ver más allá, en un bucle de sentimientos firmes e inamobibles que, por mas que lo intento, no logro romper en mil pedazos. Necesito liberarme pero no soy lo suficientemente fuerte, necesito salir de este laberinto contradictorio pero soy demasiado caótica, necesito volver a ser yo y, aunque a veces despunto, otras veces me hundo sin remedio, parte de mi contradicción. Dura como el acero, fría como el hielo, pero débil como una rosa a la intemperie y una jodida sentimental de mierda que escribe para sentirse mejor, aburrir a otros y ordenar sus pensamientos.
En conclusión, nunca lo tuve pero prefiero creermelo, es un sueño que prefiero seguir viviendo anque ya se haya extinguido y si me duele que duela, soy demasiado vaga, cabezona e idealista como para tirarlo todo x la borda ahora.
Creo que volver a tener ese sueño merece la pena, xk es cierto, nunca fui tan feliz.



No pude juntar el agua con aceite y cuando las estrellas salen ya estoy colgada del jirón de un sueño..
________________________________MAREA (el perro verde)

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