jueves, 11 de noviembre de 2010

Como el sol


El sol me eclipsa
me deslumbra,
se abre paso por la tundra
y no me ayuda.
El sol calienta,
abrasa, quema,
me prende fuego viva
y apenas me afecta.
El sol brilla,
me despierta,
me ciega...
el sol me alimenta,
aunque sus rayos se alejan.
Los intento meter en una botella,
pero son demasiado escurridizos
para permanecer en ella.
Los intento absorber,
pero queman y me entra la sed.
Los intento mirar,
pero dañan mi vista...
demasiado bellos,
solamente eso,
demasiado bellos,
para que yo pueda poeerlos;
demasiado libres para que pueda tenerlos;
demasiados demasiado
para que sea tan fácil obtenerlo,
demasiado precioso
para que sea imposible no quererlo.


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